domingo, 28 de abril de 2013

"Susurros que gritan" salió a la luz pública

6 meses demoró todo el proceso de darle vida a "Susurros que gritan". Primero tuve que recopilar muchos escritos sueltos que andaban por ahi. Traspasarlos a word porque estaban escritos a mano. Tratar de ordenarlos con una idea lógica (cosa que no logré). Diagramar gracias a una plantilla que me facilitó Daniela, de Kiltra Cartonera (Valparaíso). Buscar un título, cosa que fue posible gracias a la creatividad de varios amigos. El elegido fue por votación popular con más del 65 %. Luego ir buscando cartones, aprender a cortarlos y usar una creatividad que en mi caso, no aparece a borbotones, para ir pintando y diseñando tapas. Imprimir 93 ejemplares con los cuales 7 amigos me ayudaron con 20 tapas. El resto fueron una mezcla de técnicas y experimentos para que quedaran bonitos. Encontrar fecha y lugar para hacer la presentación tampoco fué fácil, pero gracias a Claudia, logramos sentarnos en cómodos sillones del auditorio del DuocUC para celebrar el Día Internacional del Libro ¡¡¡ qué mejor fecha !!!! con ejemplares de Susurros.... por montones. Las palabras de Amanda, poeta, amiga, partícipe de Calafate Cartonera, lograron mostrar así sin más, lo que son mis escritos y mis historias. ACERCA DE SUSURROS QUE GRITAN (Poemario de Olga Sotomayor) Recuerdo que lo primero que me llamó la atención del trabajo literario de Olga Sotomayor, fue el título elegido para su libro: SUSURROS QUE GRITAN. La paradoja implícita en el título me hacía dudar del porqué y de qué se trataba. ¿Un recurso literario?¿Un simple juego de palabras?¿Una antítesis pensada para resaltar? Reconozco que suelo ser obsesiva en cuanto a responder mis interrogantes, a pesar de ello, no me animé a preguntar nada, sino, opté por esperar hasta tener el manuscrito en las manos. Ese momento llegó, y con él, lentamente, a medida que recorría los textos que lo componen mis dudas se disiparon. Efectivamente se trataba de susurros, temas que por su delicadeza o intimismo han de ser depositados amorosamente en el oído del receptor. Sin embargo, en cada nuevo poema o escrito, subyacía, innegable, un grito de ansiedad, de ahogo y hasta casi frustración por no poder gritarlo, literalmente, a los cuatro vientos. De vientos y brisas rememorativas se trata también este libro, y circulan entre sus páginas todo un cúmulo de emociones que la autora ha ido recolectando, dedicadamente, en cada estación a lo largo del camino de su vida. Aquí no hay nada que no lleve, indeleble, el sello de lo femenino en su más fresca versión. No existen afeites, disfraces o figuras literarias que puedan maquillar lo que fluye desde lo íntimo de la autora, y eso mismo se convierte en el mayor atractivo de esta obra: aquí ella ES. Y lo escribo así, en mayúscula, como respeto a la valiente desnudez con que ella se presenta ante nosotros. Una Olga aún niña, indiferente al tiempo y sus fracciones, es la que, volviendo la vista hacia lo pretérito, busca al ausente y le susurra este Retrato de un Familiar: “Tú debieras ser mi modelo de hombre. Lo que quizás tendría que haber buscado en mis parejas...o lo que no. Tú me habrías aconsejado frente a hombres inapropiados, advertido frente a cínicos de primera, ahuyentando a donjuanes por doquier. Tu deber era educarme, criarme, enseñarme y orientarme en el largo o corto camino de mi vida”. Y este verso que, en mi opinión y gracias a su simplicidad, logra conmover sin aspavientos: “Te correspondía llevarme e irme a buscar a las fiestas”. Yo no sé -ni me gusta debatir- de si hay o no literatura tildada de femenina frente a la masculina, pero en esta ocasión, me inclino a creer que sí, pues nadie como una mujer es capaz de volar y detenerse en los puntos claves de la emocionalidad, más grave aún: atreverse a compartirlos. Y es allí donde surge el GRITO, ronco, casi gutural a consecuencia del enfrentamiento temprano con la muerte, pero persistente y valiente en cada perspectiva. Oscilante, cambiante, hasta derivar en despreocupados gorjeos que alaban La Maravilla de la Vida: “Graciosa, cantarina y apabullante. Estridente, rápida y estrepitosa (…) (…) La risa es el espíritu que habla”. Alegría, Tristeza, Nostalgia, Orfandad, Incredulidad, Dolor, Ingenuidad, Picardía y hasta Frivolidad. Todos estos “personajes” transitan en el libro de Olga sin un orden definido, sin nada pactado, como no sea servir de reflejo a la vida misma. Tal vez por ello (me atrevo a pensar) la autora escoge el formato cartonero para presentar su trabajo.Nada más apropiado: exponer la belleza de lo simple sobre material reciclado, es decir, con “otras vidas” a cuesta. De este modo, aquellas se mezclan y complementan con las vivencias de Olga en una perfecta simbiosis de vida, muerte y renacer. ¿Qué mejor exorcismo para derrotar el lado oscuro? La vida, en su sabiduría, nos pone en las manos formas o herramientas que, si las sabemos visualizar y usar, serán parte clave de nuestra evolución como seres humanos. Quienes lean este libro se encontraran con las múltiples “caras” de una mujer que lucha por llegar a la esencia de sí misma, para una vez reencontrada y reconocida, pararse frente al mundo con el valor de la certeza: “Esta soy yo. Pueden amarme o no, pero estoy aquí, me llamo Olga y me reconozco y acepto tal como soy. Te invito: ¡Ahora te toca a ti!” Amanda Espejo Quilicura / abril - 2013 Por último les comparto fotos del evento que para mi fue exitoso gracias a la suma de esfuerzos, energías e ideas de todos quienes me ayudaron y compartieron física y virtualmente ese día Además pueden leer el e-book del libro en : http://www.librosdementira.com/libro/detalle_libro.php?txtid=849#/0

1 comentario:

  1. Quedó linda la entrada!
    Imborrable el momento....los gritos y susurros lo valen!

    (nos vemos a la tarde).

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